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Landaree

Las ventajas de la ignorancia estúpida

Esta tarde, navegando por el Intenné, me he encontrado un hilo que reproducía el siguiente artículo:

Hacking en Internet. Guía para padres

El artículo no tiene desperdicio; básicamente, representa un rebuzno ignorante contra la tecnología, con perlas de inmenso calibre tales como que el mIRC o el seti@home son herramientas para el hacking, que el Linux es un "sistema operativo pirata e ilegal" diseñado por "el famoso pirata sueco Axel Tolvards", y varias burradas más, con sólo remotos visos de verosimilitud.

Pero como se ha extendido rápidamente (parece ser un lanzamiento reciente de Barrapunto, o una web de éstas), pronto han aparecido los observadores que han señalado el carácter satírico del artículo, e incluso que no se trata más que de una copia ligeramente alterada de una broma que apareció originalmente en webs extranjeras.

Y me he dicho que es una lástima, que ojalá hubiera sido real, no una broma.

Hace poco vi de nuevo la película "La herencia del viento", y este artículo (antes de saber que era una broma) me había recordado una escena de dicha película, haciéndome pensar que era fantástico que hubiese gente escribiendo cosas así. En la película "La herencia del viento", el personaje interpretado por Spencer Tracy realmente lo pasa mal para tratar de ganar la causa de su defendido, un profesor que en los años cincuenta o así se pone a enseñar a sus alumnos la teoría de la evolución de Darwin; su oponente, el acusador en el juicio contra el profesor, es un fanático religioso que aduce que dicha pedagogía es hereje, y que sólo la versión bíblica del origen del hombre tiene validez como enseñanza. Pese a lo que hoy nos parecería una postura más que razonable, como digo, Spencer Tracy tiene serios problemas para defender al profesor frente al inmovilismo de la sociedad, cuyas ideas retrógradas lidera el fanático.

Y la clave del asunto es que sólo al final, y bajo la creciente presión de la lógica y los argumentos de Tracy, el fanático se lanza a un discurso histérico y terminante sobre la fortaleza de sus convicciones religiosas y la Biblia en pasta (nunca mejor dicho); y es sólo en ese momento, ante la evidente respuesta reaccionaria e incluso violenta del fanático, cuando realmente queda patente para todo el mundo dónde se halla la verdad y la sensatez del asunto.

Por eso, y en cierto retorcido modo, lamento que artículos como éste provengan de la intención humorista de alguien que conoce bien, pero que tristemente sólo será por tanto escuchado por los que también conocen. Habría sido de una justicia poética que dicha retahíla de barbaridades vinieran de la mente retorcida pero seria de un ignorante tecnófobo fanático, y que dicha retahíla pudiera haber sido escuchada por gente con cierta tendencia a aprobar puntos de vista tan estrechos, de tal modo que incluso éstos últimos acabaran conociendo, y al conocer comprendieran el error de nutrirse exclusivamente de la ignorancia.

No hay nada más eficaz para combatir un fanatismo, que el más fanático de sus defensores.

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